¿Te gusta leer?

¿Te gusta leer?

EL PEQUEÑO PRÍNCIPE.



   
    Me asusta el modo en el que los seres humanos adultos nos empecinamos en nuestros errores, prejuicios y banalidades. De esto precisamente, entre otros temas, trata la novela mítica de SAINT EXUPÉRY
Así pues, no es de extrañar que este inclasificable libro, desde el punto de vista de los géneros literarios,  haya sido también víctima de estos errores y simplezas.  La gente sigue diciendo  por ahí que es un libro infantil, no se cansan. Y es que muchas veces si una historia está protagonizada por un niño o una niña, salvo si es algo como El tambor de hojalata, el público se empecina en recomendar la historia a los infantes en la creencia de que nadie mejor entenderá de qué va el asunto.

   Es cierto que en la dedicatoria, que podemos escuchar en el vídeo que adjunto más abajo, se puede entender que el autor juega con la idea de que la obra sea para infantes, pero a partir de esta base no podemos juzgar la intención profunda del texto.

     El Principito, como se la conoce en España, es una obra filosófica que se encuentra temática y estilísticamente en la órbita del existencialismo francés de los años cuarenta que ha dado obras tan grandes a la literatura como El extranjero, de Camus, al que dedicaré una entrada más adelante. Este encuadre nos permite comprender su génesis así como la intención de la obra: trascender la anécdota, llevar al lector-a a salir del mundo establecido para reflexionar sobre los valores humanos con una perspectiva universal, cósmica. La imagen del un niño, además un niño extraterrestre genera el extrañamiento que permite revertir la realidad, mirarla con unos ojos distintos.

   En este sentido, nada más inadecuado que considerar la obra como una obra destinada a un público infantil. Aunque la falta de comprensión generalizada de la misma no hace otra cosa que corroborar las ideas del escritor sobre la incapacidad de los adultos para ver más allá de las propias narices.

  Otra cosa es que podamos leer fragmentos del libro a personas de cualquier edad. La frase tópica, repetida hasta la saciedad "no se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos" es accesible y comprensible perfectamente por una persona de corta edad y es innegable su carácter formativo.

  En mis clases trabajo con este libro habitualmente , y he realizado un montaje audiovisual que contiene a su vez referencias a otros de los muchos montajes que pueden encontrarse en la red. También me gusta establecer relaciones entre esta obra y otras obras en las que el personaje central es un ser imposible.


   Los jóvenes siempre se muestran intrigados y algo confusos sobre el interés de esta obra y a lo largo de los años me repiten lo mismo " Un rollo" " No me enteré de nada" "Me lo hicieron leer de pequeño"...

  Pero tanto todos, jóvenes y mayores, tenemos en común la capacidad para dejarnos fascinar, comprendemos que este libro es único de un modo intuitivo, captamos la esencia invisible, la poesía que brota de cada frase y de cada dibujo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario